Primero, hay que pedir el ascensor. Luego las escaleras, ahora te va a tocar forzar el candado, es fácil. Te subes, que quitas los zapatos, pones la alfombra, prendes la Nargili y preparas el té, bien calentito, bien fuerte, se sabe si esta oscuro.
Te tiras boca arriba, piensas un rato, luego te ríes de alguna estupidez, después vas a llorar, y luego te vas a perder, con la mente en blanco, bien lela te vas a ver. Lanzaras un grito neurótico, por que te acabas de acordar, después de esos dorados segundos de total olvido y apatía.
Ahora vamos boca abajo, es incomodo, pero te distraes en lo pequeño, las nubes se mueven mucho. El viento mueve despacio las piedritas y los animalitos pequeños caminan en su Kantiana labor. El celular vibra, mata el momento, pero vas a contestar, por que la realidad, mostrándote que sola no se puede estar, y que tampoco quieres estarlo en verdad. Es un amigo de esos pocos que llamaría a esa hora, ese día. La llamada es muy corta, el vacio empieza a pesar.
Después de un largo rato hay que bajar, empezó a hacer mucho frio. Dejas todo en orden, te bañas y te arreglas, ya es de noche y te estamos esperando. Vamos a Ignorarnos, a olvidarnos, que así, poquito a poquito va cerrando y te vas acostumbrando.
Nada de alcohol para ti hoy, es mejor estar consiente de todo lo que pasa a tu alrededor, te vas a estar perdiendo en tu mente cada tanto por instantes diminutos, si te emborracharas ahora dirías un montón de pavadas.
Ya es de dia, buenos dias mujer, buenos dias, nos toca regresarnos ya. Caminando juntos nos cruzamos con un payazo, le compramos un globo y desayunamos. Sujeto tu mano y bueno… no paso nada más, tal vez mañana, cuando te sientas mejor, ¿verdad?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario